martes, 13 de marzo de 2012

METAFISICA DE LA REALIDAD: SITUACION Y HABITUD INTELIGENTE

4. Situación o mi manera de estar en el mundo

Cuando nace, el hombre viene al mundo o totalidad de lo real, pero en forma concreta. Cada individuo humano tiene su propio modo de estar en la realidad. Este modo de estar concreto, original e intransferible, de cada individuo es lo que llamamos situación. En el mundo se es, en la situación se está. La situación es el modo concreto de mi anclaje o inserción en el mundo, el sitio de mi existencia. La situación es un carácter modal del animal humano en relación con el mundo, a la vez metafísico y existencial. Estamos en el mundo en situación. ¿Cuál es mi situación en el mundo?

La respuesta no es solamente topográfica en el sentido espacial de lugar, sino de existencia concreta. Estoy en el mundo no sólo geográficamente, sino social e históricamente. Estoy como mujer o como varón, como miembro de una familia con unos determinados padres, con una determinada edad, profesión, casado o soltero, formando parte de una sociedad, en el seno de una cultura, con una nacionalidad dentro de la comunidad internacional de naciones, viviendo a un determinado nivel histórico, etc. Todos estos factores y muchos más configuran mi situación en el mundo. Mi estado en la realidad o mundo no es algo simple, sino complejo. Depende de miles de coordenadas. Sin embargo, para aclarar mi situación se podría intentar un esbozo de sistemática situacional desde distintos puntos de vista. Desde un punto de vista histórico, hay situaciones dadas y situaciones creadas.

El hombre recibe al nacer de sus padres no sólo unas estructuras biológicas, sino un modo social e histórico de estar en la realidad. La historia es tradición de modos de estar en la realidad y con ellos conjunto de situaciones dadas. Pero instalado en esta tradición histórica, social, cultural el hombre puede modificar dichas situaciones o crear otras nuevas. Con frecuencia se presentan conflictos entre los que sustentan el status quo de la tradición y los que luchan por modificar dicho status. Son tensiones inherentes a las situaciones dadas y a las creadas o creables, propias de la dinámica de la vida y de la historia.

La situación en segundo lugar se define como un estar o estado y, por ello, toda situación tiene cierta estabilidad. Pero estabilidad no es eternidad. No hay ninguna situación que dure eternamente sin sufrir modificaciones. A este hecho aludimos cuando decimos que entramos-en, pasamos-por, o salimos-de una determinada situación. Las situaciones, por consiguiente, pueden ser clasificadas por su grado de estabilidad, mayor o menor.

Un tercer criterio de clasificación es la mayor o menor amplitud. Hay situaciones estrictamente individuales, familiares, sociales, nacionales, internacionales. Desde este punto de vista podemos hablar de círculos situacionales envolventes que definen el modo como está cada individuo en la realidad.

Finalmente, es claro que por su carácter existencial la situación tiene connotaciones axiológicas que permiten hablar de una moral “de” o “en” situación. El valor axiológico que atribuimos a las distintas situaciones lo expresamos mediante la palabra “balance”: “hagamos un balance de la situación”, solemos decir. Y como respuesta definimos la situación de envidiable, óptima, buena, satisfactoria, regular, mala, crítica, peligrosa, pésima, desastrosa, etc.

Los criterios anteriormente esbozados, pueden servir para definir mi propia situación en el mundo, concreta y tan compleja a la vez.

5. Habitud o modos de haberme con las cosas

Me encuentro en mi situación concreta e intransferible viviendo. Ahora bien, todo ser vivo se encuentra en relación con las cosas, en una determinada habitud. La habitud es la manera de habérmelas con las cosas en una determinada situación. En los seres vivos existen tres habitudes fundamentales: la nutriente, la sentiente y la inteligente. La habitud es lo que hace que las cosas entre las que está el viviente constituyan un medio de vida. En virtud de estas tres habitudes el viviente medializa el entorno.
La habitud nutriente es propia de todos los seres dotados de vida. Mediante la misma el viviente selecciona o elige entre las cosas del entorno aquellas que le pueden servir de alimento. Se las apropia y las somete a una serie de transformaciones en orden a construir, reparar o conservar sus propias estructuras bioquímicas. Esta apropiación la realiza el simple vegetal mediante acciones y reacciones físico-químicas. El animal y el hombre tienen además que poner en juego otro tipo de actividades que tienen la forma de comportamiento o conducta. El comportamiento animal obedece a estímulos. La conducta humana se mueve entre realidades. El comportamiento es consciente, pero no libre. La conducta además de consciente es libre, porque por su apertura a lo real el hombre es libre “en” la realidad. La conducta es una actividad teórico-práctica mediante la cual el hombre satisface sus necesidades.

Esta primera habitud explica muchos de los andares y avatares de la vida humana. El hombre tiene forzosamente que habérselas con las cosas del entorno en tanto que alimento y medios de subsistencia. La lucha diaria por el pan, entendiendo por pan todos los medios materiales que satisfacen sus necesidades primarias, presenta hoy para muchos humanos la cara triste de la necesidad insatisfecha. Existe una geografía de hambre. Se trata de grandes áreas del globo, en las que pueblos enteros, grupos y clases sociales vegetan en situación de subalimentación y pobreza que raya en la miseria. Muchos son los hechos que han conducido a tal situación: la destrucción sistemática de los recursos del medio ambiente por obra de un desaforado consumismo, la incontrolada e irresponsable explosión demográfica, el despilfarro de la riqueza por parte de países ricos y de clases opulentas en países pobres, etc. ¿Estará la humanidad fatalmente condenada al hambre? ¿O se puede pensar en acabar con este flagelo mediante cambios radicales en la conducta humana y en los sistemas de producción imperantes?

La habitud nutriente en el caso del simple animal y del animal humano no es posible sin poner en marcha una segunda: la habitud sentiente. El animal y el hombre sienten. En el sentir las cosas quedan formalizadas en tanto que estímulos. La teoría de la sensibilidad es la teoría de la estimulidad. Las cosas del medio para el animal actúan como objetos estimulantes o afectados que, supuestas unas necesidades, inducen en él una respuesta efectora. El menor o mayor grado de sensibilidad depende de la menor o mayor perfección del sistema nervioso donde se autonomiza y especializa esta habitud. En un organismo cada célula reacciona frente a los estímulos y posee, en consecuencia un cierto grado de sensibilidad que llamamos susceptibilidad. Los organismos dotados de un sistema nervioso no centralizado también sienten con un mayor grado de sensibilidad que llamamos sentiscencia. Pero la sensibilidad propiamente dicha sólo se desarrolla en aquellos animales que están dotados de un sistema nervioso central. En este caso, el cerebro es el órgano por excelencia de formalización. La perfección en el sentir depende del desarrollo del cerebro y, por consiguiente, de su actividad formalizadora.

Formalizar quiere decir dar forma a la realidad o capacidad de realizar en el medio esos recortes unitarios que llamamos cosas, con las cuales tenemos que habérnoslas para satisfacer nuestras necesidades. No hay comportamiento o conducta sin sensación.

Pero la sensibilidad en el caso del hombre no es mera sensibilidad, porque queda asumida en una nueva habitud o modo de habernos con las cosas del medio que es la inteligencia. Existe, pues, en el hombre una tercera habitud frente a las cosas mediante la cual éste se relaciona con aquéllos en tanto que realidades. El hombre por su habitud inteligente es un animal de realidades. Ello le permite en principio medializar todas las cosas del entorno. Por su inteligencia es un animal metafísico, abierto a la totalidad de lo real en cuanto tal. El ámbito de la realidad o mundo, al que queda abierto el hombre por su inteligencia, constituye a éste en un animal capaz de verdad y libertad. Porque las cosas se entregan a la inteligencia en su verdad real, en lo que son de suyo y, en consecuencia, el hombre puede, más allá del estímulo, penetrar en las mismas y robarles su secreto íntimo. Al moverse entre realidades, el hombre es libre “en” la realidad, a diferencia del animal que está enclasado en las estrechas fronteras que le impone su medio específico, su jeto a las necesidades y a los estímulos.

ACTIVIDAD

1. Defina que es situación y habitud
2. Describa cuáles son los rasgos fundamentales que caracterizan tu situación concreta desde el punto de vista:
- Individual
- Familiar
- Social
- Nacional
3. Presente situaciones concretas relacionadas con cada una de las habitudes que se explican.
4. Explique en qué consiste la inteligencia a diferencia del simple sentir animal.

METAFISICA DE LA REALIDAD: ENTORNO, MEDIO Y MUNDO

1. El entorno o cosas a la vista
Nos encontramos viviendo entre cosas. Las cosas forman nuestra circunstancia. Por lo mismo no nos son extrañas, antes al contrario yo sería nada sin ellas, un yo en el vacío y sin posibilidades de vida. “Yo-y-cosas” conforman una estructura tan estrecha en mi vida que no es exagerado afirmar con Ortega y Gasset que: “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. En cierta manera las cosas son parte de mi yo, puesto que las cosas hacen al yo y el yo necesita de las cosas en la interrelación mutua que es la vida. La vida es lo que hacemos y lo que nos pasa en diálogo continuo con las cosas y con nosotros mismos. En este diálogo de yo y cosas se constituye el entorno. Por entorno entendemos el conjunto de cosas que nos rodean y que de alguna manera podemos alcanzar con nuestros sentidos en forma visual auditiva, olfativa, táctil, etc. El entorno llega hasta donde alcanzan nuestros sentidos. Es, en breve definición, el espacio perceptivo. Los objetos inanimados, como una silla, una mesa o una piedra no tienen entorno porque no tienen sentidos que les permitan abrirse a las cosas. Los animales y el hombre tienen entorno, viven necesariamente en él. La amplitud del entorno depende de la acuidad y alcances de los diversos sentidos. No se puede negar que en diversas especies animales existen sentidos más desarrollados que en la especie humana, pero, en conjunto, en el hombre existe una mayor armonía y, en todo caso, puede ampliar su limitado espacio perceptivo enormemente mediante la construcción de sofisticados aparatos como el microscopio y el telescopio. Además la mayor movilidad de la especie humana hace que acumule ricas experiencias de diversidad de entornos. Porque el entorno nunca es fijo, sino que cambia en la medida en que se desplaza su centro, el animal o el hombre. El entorno es todo lo que no soy yo y este todo circundante está compuesto por cosas que no ha hecho el hombre, como montañas, ríos, árboles; por cosas hechas por el hombre, como casas, caminos, artefactos, etc.; y, finalmente, por otros como yo con los cuales convivo en sociedad. Se puede hablar, entonces, de un entorno ecológico o natural, de un entorno técnico o artificial y de un entorno social.

La problemática actual acerca del entorno es muy preocupante. Nuestra civilización técnica se caracteriza por un manejo agresivo de la técnica que destruye la naturaleza o la aleja cada día más del hombre urbícola. Pero, además, en estas colmenas de cemento que son nuestras grandes urbes, el entorno social se ha convertido en un modo de vivir masivo con el mínimo de relaciones interpersonales. De aquí la necesidad de una reconciliación con la naturaleza que propugnan las corrientes ecologistas hoy en todas las latitudes del planeta y la necesidad de humanizar nuestras ciudades para que el hombre no se pierda en la selva del anonimato, de la soledad, de la insolidaridad, de la agresividad y de la inseguridad que son manifestaciones de un entorno masivo o impersonal.

2. Medio o cosas a la mano

El hombre y el simple animal viven en el entorno medializando ciertas cosas, convirtiéndolas en medios de vida. Entendemos por medio aquel subconjunto de cosas que dentro del entorno sirven para unos determinados fines. Por su referencia a un fin las cosas del entorno adquieren en la vida carácter medial. Sin entorno no habría medio, pero no todas las cosas del entorno son medio. El animal y el hombre pueden estar rodeados de muchas cosas y carecer de medios de vida, por ejemplo, en un desierto.

Existe una diferencia fundamental entre el medio animal y el medio humano: aquél es específico, éste inespecífico. Específico quiere decir que en el caso de los simples animales las cosas que componen el medio están ya prefijadas por razón de la especie a la cual pertenece. El animal, por ejemplo, nace carnívoro o herbívoro, el hombre es omnívoro. En consecuencia, sólo unas pocas cosas del entorno tienen significación para el animal, incluso tratándose de animales superiores. Las más, las que no entran dentro de los fines de la especie, carecen de sentido. Tratándose del hombre, su medio es inespecífico, porque la especie humana a la cual pertenece no limita y determina las cosas del entorno que pueden ser medios de vida.

El hombre puede en principio transformar todas las cosas del entorno en medio. La historia del progreso humano consiste en la progresiva medialización de las cosas del entorno. De aquí que sea la única especie animal que ha podido poblar y vivir en toda la redondez del planeta, en los más diversos climas, en la selva tropical y sobre los hielos de los polos. Porque, como dice el dicho popular, “hasta de las piedras puede sacar pan”.

Este enorme poder de medialización comporta hoy dos riesgos: el consumismo y el pecado de la explotación del hombre por el hombre. El consumismo consiste en la acumulación de medios para su disfrute sin un control racional, lo cual conduce al agotamiento de los recursos naturales. El pecado de explotación consiste en medializar a las personas, instrumentalizarlas, objetivizarlas, es decir, rebajarlas de su dignidad de fin a meros medios para los propios fines.

3. Mundo o la totalidad de lo real


Los simples animales tienen entorno y medio, pero no tienen mundo. El hombre, desde su entorno y medio está abierto al mundo. Esta es la diferencia metafísica que existe entre unos y otros. El hombre es un animal de mundo. La apertura al mundo constituye el acontecimiento metafísico que queremos mostrar. ¿Qué es mundo en sentido metafísico? Entendemos por mundo la totalidad de lo real en cuanto real.
En primer lugar, mundo es totalidad, es decir, todo cuanto hay o existe. El hombre está abierto de suyo a todo, más allá de las pocas cosas que conforman su entorno y medio. El entorno no es para él un horizonte cerrado como lo es para el simple animal. Este está enclaustrado en los estrechos límites de su entorno y medio.

Para una vaca que pasta en un potrero no hay más cosas que las que caen bajo sus sentidos. Nada sabe de cuanto queda más allá, nada desea, nada ambiciona que rompa estos estrechos límites. Vive en la Arcadia del aquí y del ahora sin poderse proyectar a la totalidad del espacio y del tiempo. El hombre, por el contrario, desde un aquí y un ahora puede proyectarse o abrirse a cosas distintas y distantes en el espacio y en el tiempo y por ello es un animal intencionalmente abierto a la totalidad que llamamos mundo. Pero mundo, en segundo lugar, es la totalidad de las cosas en cuanto reales.

La apertura del animal a las pocas cosas que puede conocer es estimúlica o afectante. Para el animal, en efecto, las cosas son tan sólo objetos o realidades exteriores e independientes que le afectan o estimulan y nada más. Está abierto a las cosas estimúlicamente, pero no realmente. Mientras el animal humano conoce las cosas realmente, desuyo. El perro que ladra a la luna es porque ésta le afecta agradable o desagradablemente, pero ahí queda todo. Al hombre también lo estimulan las cosas y se siente estimulado por ellas, pero para él las cosas y él mismo son realidades cuyo desuyo o secreto íntimo puede descifrar. Por esta apertura a la realidad total de las cosas, de todas las cosas, el hombre es un animal de mundo.

Para el animal humano nacer es verdaderamente venir al mundo, es decir, quedar abierto al ámbito trascendental de la realidad. Por ser trascendental dicho ámbito, el hombre es libre “en” la realidad, es una esencia siempre abierta a un más allá y por ello un animal metafísico. La metafísica es algo que acontece en nosotros mismos, no algo extraño. Es lo que queríamos mostrar.

ACTIVIDAD

Responda a lo siguiente y envíelo en un archivo al e-mail filopedrojdj@hotmail.com

1. Explique en qué consiste el entorno, el medio y el mundo.
2. ¿Por qué el hombre y el animal tienen entorno y no lo tienen los objetos materiales?
3. ¿Qué diferencia hay entre el medio de un simple animal y el medio humano?
4. ¿Por qué los simples animales son ametafísicos?
5. Disñe y realice un ideograma (dibujo) en que aparezcan las relaciones existentes entre estos cuatro conceptos: entorno, medio, mundo.

PROGRAMACION DE FILOSOFIA 11 2012

ESTANDARES:
• Comprender la naturaleza y la utilidad de la filosofía mediante la indagación por su sentido, su hacer y su lenguaje
• Valorar la capacidad de la reflexión filosófica a lo largo de la Historia para acercarse, de modo progresivo, a los problemas éticos, sociales y humanísticos.

PRIMER PERIODO

COMPETENCIA: Comprende que la Metafísica no es una especulación vana, sino la búsqueda consciente del sentido último de nuestra existencia y de la existencia de todo lo real.

DESEMPEÑOS:
• Logra una conciencia crítica ante la totalidad de lo real.
• Establece el verdadero sentido de la metafísica y la distingue del esoterismo actual.
• Encauza la necesidad de trascendencia con respuestas que satisfagan los interrogantes acerca del sentido de la vida.
• Identifica y comprende algunos sistemas metafísicos.

EJES TEMATICOS:
• ¿Cómo estudiar filosofía?
• ¿Qué somos y cuál es el sentido de nuestra existencia?
• ¿Cuáles son los conceptos generales de Metafísica?
• ¿Cómo se divide y ha evolucionado la Metafísica a través de la historia?
• ¿Qué distingue a cada uno de los sistemas metafísicos?


SEGUNDO PERIODO

COMPETENCIA: Comprende los grandes temas de estudio, los aportes más significativos y métodos utilizados por los autores de la filosofía moderna.

DESEMPEÑOS:
• Distingo las tesis filosóficas, escuelas y autores principales que representan la filosofía moderna.
• Tomo una posición personal frente a las diferentes teorías de los autores de la filosofía moderna y las sustento.
• Analizo con sentido crítico los aportes de la filosofía moderna en relación con su época y su influencia en la actualidad.

EJES TEMATICOS:
• ¿Cuáles son las características de la Filosofía Moderna?
• ¿Cuál es la importancia de los autores de la filosofía moderna para el desarrollo de la filosofía?
• ¿Cómo se evidencian en la actualidad los aportes de las escuelas y autores de la filosofía moderna?


TERCER PERIODO

COMPETENCIA: Distingue las tesis filosóficas, escuelas y autores principales que representan la filosofía contemporánea y latinoamericana y las analiza con sentido crítico en relación con la actualidad.

DESEMPEÑOS

• Identifico los condicionamientos históricos que mediaron en la reflexión filosófica contemporánea.
• Caracterizo y enjuicio los aportes de la filosofía contemporánea y su utilización ideológica positiva y negativa que ha influido en nuestra cultura.
• Describo la evolución de la filosofía contemporánea, enumero sus escuelas y autores y valoro sus aportes.

EJES TEMATICOS

• ¿Cuáles son las características de la Filosofía Contemporánea?
• ¿Cuál es la importancia de los autores de la filosofía contemporánea para el desarrollo de la filosofía?
• ¿Cómo se evidencian en la actualidad los aportes de las escuelas y autores de la filosofía contemporánea?